Aquí encontrarán la explicación detallada de cada uno de los análisis que aprendimos y explicamos en clase:
MÉTODOS
DE LA TECNOLOGÍA:
ANÁLISIS DE PRODUCTO
1. ANÁLISIS MORFOLÓGICO
“La forma de las cosas”
Si prestamos atención al proceso de percepción que llevamos a cabo
cuando analizamos objetos, podemos coincidir en que uno de los primeros
aspectos que no atrae es su forma.
En
este análisis, examinamos
sus contornos, su perfil, sus bordes, sus colores, su textura, sus aristas, su
superficie... su aspecto exterior. Estas características externas son los
rasgos del objeto más próximos a nosotros.
Con esta primera aproximación a través de los
sentidos, estamos iniciando el proceso de análisis morfológico, que es aquel
que permite la descripción de la forma característica de los objetos y de la
relación que ésta tiene con la función que cumple el producto tecnológico.
Este proceso de conocimiento tecnológico que
comienza con la observación, y que va incorporando saberes y nueva información,
tiene un momento de comunicación. Y es el dibujo el lenguaje más
adecuado para esto.
2. ANÁLISIS ESTRUCTURAL
“Una mirada hacia las
partes”
Cuando
profundizamos nuestro conocimiento sobre los objetos, nos encontramos con otra
característica que nos sirve para su comprensión y descripción, la estructura.
En
el análisis estructural nos interesa observar los componentes de un
producto tecnológico, para ir comprendiendo cómo están distribuidos y cómo se
relacionan.
Consideremos
un objeto simple: la tijera.
¿Cómo
está concebido este producto? ¿Qué partes lo componen?
En esta tijera es posible detectar tres piezas,
que no se integran de cualquier forma, sino de un modo articulado. Dos tienen
los bordes cortantes y los ojales para introducir los dedos de la mano que
operará la herramienta. La tercera es un perno que vincula las otras dos piezas
en su parte media y permite que se muevan para poder efectuar cortes.
Determinar
las partes de un objeto no siempre es una tarea sencilla: implica que
integremos un importante caudal de conocimientos. Por esto, cuando un objeto es
desconocido, no es posible –inicialmente– detectar sus componentes; en cambio,
cuando nos familiarizamos con él, cuando lo consideramos desde distintos puntos
de vista, lo manipulamos o desarmamos, lo comparamos con otros objetos, resulta
posible identificar mejor sus piezas y encuadrarlas en una perspectiva
estructural.
Es
así como este análisis de estructuras se entrecruza con otros tipos de
análisis, que iremos desarrollando a partir de aquí. En conjunto, no
constituyen un proceso lineal –tipo de análisis tras tipo de análisis– sino una
dinámica de integración constante de los distintos aspectos: morfológicos,
estructurales, funcionales, técnicos, históricos...
El
análisis estructural no resulta sencillo si lo aislamos del análisis de
funcionamiento; y éste, a su vez, es dificultoso si no contamos con información
que permita determinar las partes que integran el producto.
Estructura
Es
el conjunto de partes de un producto o un proceso, ingeniosamente distribuidas
y vinculadas de tal manera que forman un todo, que sustenta o soporta la obra.
Parte
Es
una porción del todo; cada uno de los aspectos que se pueden considerar en un
producto tecnológico.
Es conveniente dibujar el objeto y señalar sus partes. Si es posible,
desarmarlo para observar la estructura e indicar cómo se articulan o relacionan
las piezas entre sí y de qué manera cada una de ellas contribuye a la función
global del objeto. Se puede consultar el manual de instrucciones para obtener
datos y referencias.
“El para qué sirve y cómo
se usa”
ANÁLISIS
FUNCIONAL
El
concepto de función es polisémico (función estética, utilitaria, indicativa,
simbólica, etc.). Si en el arte se privilegia la función estética, en
tecnología, los objetos generalmente persiguen una función utilitaria, es
decir, sirven para algo.
ANÁLISIS DE FUNCIONAMIENTO
Si
bien función y funcionamiento son palabras parecidas, no son la misma cosa.
El
análisis de funcionamiento hace referencia a la forma en que el objeto cumple
su función. Con este análisis se busca determinar los principios de
funcionamiento, la explicación de cómo funciona (la secuencia, el paso a paso),
el tipo de energía y el consumo que requiere su operación, el rendimiento del
producto, etc.
Por
ejemplo:
Para
tener agua caliente en nuestra casa podemos recurrir a diferentes alternativas
energéticas.
Una forma es disponer de gas para que, al lograr la combustión con el aire, se produzca el calor necesario para mantener el agua caliente. Esto se lleva a cabo en los tradicionales "calefones‟ que vemos en muchos hogares.
Otra manera podría ser usando energía eléctrica; entonces, hacemos pasar ésta por una "resistencia‟ y logramos su transformación en calor.
Una tercera modalidad podría ser con la energía solar, utilizando las instalaciones necesarias para su captación (celdas solares) y transfiriendo esa energía calórica al agua.
Una forma es disponer de gas para que, al lograr la combustión con el aire, se produzca el calor necesario para mantener el agua caliente. Esto se lleva a cabo en los tradicionales "calefones‟ que vemos en muchos hogares.
Otra manera podría ser usando energía eléctrica; entonces, hacemos pasar ésta por una "resistencia‟ y logramos su transformación en calor.
Una tercera modalidad podría ser con la energía solar, utilizando las instalaciones necesarias para su captación (celdas solares) y transfiriendo esa energía calórica al agua.
Cada uno de estos tres calefones permite satisfacer la misma necesidad, logran calentar el agua (podemos, así, dar respuesta a la pregunta ¿para qué sirve?). Pero difieren en que cada uno tiene un equipamiento particular, conformado por algunas piezas iguales o parecidas y en que funcionan de diferente manera (aquí nos preguntamos ¿cómo lo hace?). Nos encontramos así Los productos tecnológicos pueden cumplir la misma función, basándose en principios de funcionamiento distintos”.
Este
ejemplo nos permite diferenciar el concepto de función del concepto de
funcionamiento.
4. ANÁLISIS TECNOLÓGICO
“Las técnicas y los
materiales”
El análisis
tecnológico centra su atención en las ramas de la tecnología que se
integran en la concepción y en la fabricación de un producto; considera, así,
los materiales que serán transformados a través del uso de herramientas, y
siguiendo determinadas acciones y procedimientos, para lograr un producto.
Una
silla puede ser diseñada artesanal o industrialmente. Para cada caso se
requieren máquinas y herramientas diferentes. Si es construida por un artesano,
son fundamentales sus habilidades manuales.
El análisis
tecnológico despliega preguntas tales como:
¿Qué
técnicas se utilizan –o podrían utilizarse– para producir, gestionar,
comercializar... el producto que se está analizando?
¿Con
qué procedimientos se fabrica el producto?
¿Cuáles
son las herramientas y máquinas que se utilizan?
¿Qué
materiales son accesibles –por costos y traslado– para producir ese objeto?
Las
técnicas que se han desarrollado, ¿se adecuan a los materiales elegidos?
Los procedimientos de producción para el
producto que se quiere desarrollar, ¿son los mejores?
5. ANÁLISIS ECONÓMICO
“Costos y mercado”
La
tecnología y los productos que de ella se derivan, son elementos de mercado,
por lo que tienen un precio. Así, siempre que hablamos de tecnología, también
estamos hablando de dinero.
Son
muchos los factores relacionados con el análisis económico de productos;
nombraremos algunos:
Los costos de fabricación; éstos incluyen los costos
de las materias primas, del transporte, de la amortización de la
infraestructura y del equipamiento (máquinas, herramientas, etc.), de la
energía, de la mano de obra, del embalaje, de la comercialización, etc.
La duración del producto, el servicio
posterior a la venta, el tiempo de reposición para el usuario.
El valor social –el producto puede ser símbolo de
bienestar o lujo–.
La posibilidad de venderlo en el mercado interno o de
exportarlo.
La relación coste/beneficio de su producción y su
rentabilidad.
La novedad, la originalidad, la demanda del producto,
el valor agregado en conocimiento, en procesos de producción, comercialización,
propaganda, etc., son algunos de los elementos que inciden en el valor final de
los objetos, por lo que la evaluación de estos aspectos constituye un punto de
reflexión importante en Educación
Tecnológica.
Existen productos
que se diseñan para ser usados una sola vez y, luego, desechados; se los conoce
como productos descartables. Éstos se fabrican con materiales de bajo costo y
la producción en serie es de grandes lotes, por lo que los gastos y, por ende,
su costo resultan mínimos.
6. ANÁLISIS COMPARATIVO
“Los puntos de referencia
para elegir”
El conocimiento tecnológico y los productos que
de él derivan se desarrollan a partir de procesos relativamente complejos en
los que las mismas demandas son resueltas de distinto modo. El análisis
comparativo permite reconstruir y estudiar las distintas maneras
tecnológicas con las que se puede resolver un mismo problema.
El
hecho de lograr distintas respuestas a un problema, permite agrupar productos y
conformar “familias” –o tipologías– de artefactos que se relacionan entre sí y
que se pueden comparar en términos de historia, de creatividad y originalidad,
de eficiencia…
Las vidrieras de los comercios representan un
valioso ejemplo de familias de productos.
Si
nos detenemos en un negocio dedicado a la venta de electrodomésticos, por
ejemplo, podemos observar cuatro o cinco objetos de similares funciones, a
veces tan parecidos en lo formal que resulta difícil identificarlos. Pero,
seguramente, algunos de ellos proponen soluciones –o partes de solución– que no
ofrecen los demás. Esta suele ser su ventaja comparativa respecto de la
competencia y el punto sobre el que podemos poner énfasis en muchos de nuestros
análisis.
De
estos rasgos da cuenta el análisis comparativo.
Cuando este tipo de análisis se
realiza en la escuela, nuestro propósito es que los alumnos logren identificar
las características específicas que definen con mayor claridad a un producto y
las comparen con las de otros productos que cumplen funciones similares.
7. ANÁLISIS DE IMPACTO
“Tecnología, Ambiente y
Sociedad”
Cuando
hacemos el análisis de los productos tecnológicos, no podemos dejar de lado su
impacto, tanto en el entorno social como en el ambiental. Como premisa, debemos
considerar que todo producto tecnológico es capaz de incidir –tanto positiva
como negativamente– en el ámbito en el que cumple su función.
El automóvil es un ejemplo clásico que
representa esta dualidad de efectos: por un lado, ha permitido mejorar las
condiciones de transporte de las personas y la comunicación entre la gente,
posibilitando arribar a lugares que antes eran prácticamente inaccesibles;
jornadas de viaje que llevaban meses, ahora se reducen a pocas horas; vidas
humanas que se perdían por falta de asistencia médica, ahora se salvan por los
sistemas de transporte médico-hospitalario; en fin, hoy nadie pone en duda que
el automóvil ha ayudado mucho al progreso de la civilización humana. Sin
embargo, también padecemos cotidianamente sus efectos negativos:
congestionamiento en el tránsito urbano, altos índices de contaminación, ruidos
molestos, accidentes...
Sin
embargo, a la hora de proyectar, poner en acción una determinada solución
tecnológica o de lanzar al mercado un producto nuevo, no siempre se considera
su impacto negativo.
El análisis
de impacto es un punto central de reflexión en la formación en cultura
tecnológica: Ustedes como alumnos, deben aprender a evaluar, con juicio
crítico, los efectos que la tecnología puede traer a los seres vivientes y al
planeta en su conjunto.
8. ANÁLISIS HISTÓRICO
“Procesos y productos a
través del tiempo”
Los
productos tecnológicos –al igual que las personas– también tienen su historia.
El análisis histórico se dedica a la búsqueda de los antecedentes, a la
reconstrucción de los orígenes del producto y a sus cambios a través del
tiempo.
Todo
producto tecnológico ha tenido un momento de concepción, uno de aceptación y
uno de “fulgor social”, para luego envejecer y tornarse obsoleto.
En
el análisis histórico no sólo se consideran los objetos tecnológicos en
sí, sino el proceso de transformaciones que comienza a desarrollarse desde el
primero hasta el último producto que cumple la misma función social. En este
proceso de cambios se integran las sucesivas innovaciones de la tecnología con
los cambios culturales, configurando una reconstrucción de la historia misma
del hombre.
Indagar
y analizar la historia de un producto en una sociedad, en un tiempo
determinado, nos permite preguntarnos por los usuarios, sus modos de vida, sus
hábitos y valores; descifrar si el producto era de uso extendido o restringido;
profundizar acerca de las técnicas con las que se produjo, los recursos que se
utilizaron, la organización que establecieron los que lo desarrollaron, los motivos,
necesidades e intereses que impulsaron a su creación y a sus transformaciones.
Un análisis histórico resulta fundamental
porque la tecnología constituye uno de los componentes universales más
importantes de la cultura de todos los pueblos. Cada cultura, en toda época y
lugar, ha desarrollado una base tecnológica que le permitió resolver las
demandas más urgentes y acuciantes para su subsistencia: alimento, protección,
suministro de agua, seguridad, defensa, salud, etc., lo que promueve que
arqueólogos y antropólogos den un valor muy importante a este aspecto de la
cultura humana y, como tal, el análisis histórico también debe ocuparse en
incorporar algunos de estos elementos del pasado, en la actividad cotidiana de
aula-taller de Tecnología.
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